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Los dos lobos que viven dentro de ti: cómo tus emociones deciden quién eres.
Una poderosa fábula ancestral que revela cómo nuestras acciones y emociones alimentan a la peor o mejor versión de nosotros mismos.
REFLEXIÓNESPÍRITU
Nilo Rojas
10/5/20255 min read


Hace mucho tiempo, un abuelo sabio le contó este relato ancestral a su nieto para explicarle, de forma sencilla, cómo elegir buenos valores y principios.
—Dentro de nosotros se libra constantemente una batalla entre dos lobos —dijo el anciano—.
El lobo negro representa la ira, la frustración, la envidia, la tristeza, la avaricia, el miedo y el ego.
Mientras que el lobo blanco simboliza la paz, el amor, la esperanza, la generosidad, la humildad y la verdad.
Cada día, al irnos a dormir, se decide quién ha ganado la lucha. Mientras dormimos se dan tregua, pero solo para volver a comenzar nuevamente cuando nos despertamos.
—¿Cómo puedo saber qué lobo está ganando, abuelo? —inquirió el niño.
—Con cada acción, pensamiento y decisión que tomes estarás alimentando a uno u otro. Al final, siempre gana el lobo al que más alimentes. —Respondió el abuelo—.
Como hombres de bien, es importante que alimentemos cada día al lobo blanco, ya que cada día que él gane la lucha, nosotros nos sentiremos un poquito mejor.
—¡Yo quiero que gane el lobo blanco siempre y que mate al lobo negro!, ¡no quiero sentir tristeza ni miedo nunca más! —exclamó el niño—.
—Mi adorado nieto, —continúo el sabio abuelo— nuestros lobos internos se complementan, no puede existir uno sin el otro. El miedo o la tristeza son parte de la vida y de nosotros como seres humanos. Es importante que comprendas que el lobo negro no es el malo y es por ello que hay que aprender a vivir con él también.
Si lo que quieres es tener una vida plena, donde abunde la paz y el amor, debes aceptar que el lobo negro es parte de ti, pero no olvidarte de alimentar al lobo blanco cada día un poquito.
—¿Y cómo puedo alimentar a los lobos abuelo? ¡Yo no puedo verlos! —preguntó preocupado el niño—.
—A los lobos solos los podemos ver reflejados en nuestra forma de actuar.
— Si mientes a tus padres estarás alimentando al lobo negro.
— Si sientes envidia porque a tu hermano le han regalado un bonito juguete y a ti no, estás alimentando al lobo negro.
— Si te enfadas porque tu padre no te da permiso para jugar y en vez te pide que le ayudes a trabajar, estarás alimentando al lobo negro.
—¡Creo que entiendo! —dijo el niño emocionado—. Si miento, siento envidia o me enfado, estaré alimentando todos los sentimientos a los que representa el lobo negro. Me convertiré en un mentiroso, envidioso y viviré triste y enfadado. Así la gente se dará cuenta de qué lobo va ganando dentro de mí.
—¡No podría haberlo explicado mejor! —exclamó el anciano—.
Si lo que quieres es que el lobo blanco crezca fuerte en ti.
— Respetarás a tus padres.
— Ayudarás a tus vecinos.
— Compartirás lo que poseas con quienes menos tienen.
— Dirás siempre la verdad.
De esta forma, estarás alimentando al lobo blanco que reside dentro de ti, lo cual te hará una persona respetuosa, humilde, generosa y bondadosa y vivirás en paz.
Alimenta siempre que puedas a tu lobo blanco, pero no te olvides de que, aunque no lo alimentes, el lobo negro está y estará siempre dentro de ti, acechando y esperando poder coger ventaja siempre que aparezca una oportunidad.
Como ves, el abuelo deseaba que su nieto creciera siendo un hombre de bien, una persona confiable y un impacto positivo en la sociedad. La fábula de los lobos es una de mis favoritas porque cualquiera puede entenderla y explica de forma sencilla cómo ser mejor cada día alimentando tu lado positivo.
Cada día tomamos decisiones y realizamos acciones que alimentan a uno u otro de los lobos dentro de nosotros. Nuestro mayor problema actualmente es la vertiginosa velocidad con la que estamos viviendo sin pararnos a recapacitar o reflexionar en nuestras acciones.
Un gran cambio está compuesto por pequeñas acciones que se han ido sumando hasta crearlo, no le quites valor a esos pequeños gestos de bondad que puedes realizar cotidianamente, ya que son los que nos ayudan a mejorar como seres humanos.
Tenía muchas ganas de traer esta reflexión este domingo. Creo que ya ha quedado claro cómo podemos alimentar a nuestros lobos. Aun así y como de costumbre, te dejo unos cuantos consejos. Ponlos en uso hoy mismo y empieza a nutrir al maravilloso lobo blanco que llevas dentro.
¿Quiénes son los lobos?
Como dijo el sabio abuelo, el lobo negro es parte de nuestro equilibrio interno. Al igual que el yin y el yang, no puede existir uno sin el otro. Al negar o enterrar nuestras emociones oscuras solo les damos más poder. Por eso, debemos aprender a observarlas sin juzgarlas, comprender de dónde vienen y qué nos están queriendo mostrar. Como ya hablamos hace un par de semanas, es importante aceptar nuestra sombra (el lobo negro es la sombra) y aprender a convivir con ella.
Por otra parte, el lobo blanco es la bondad natural que hay en nosotros. Cada vez que decides ayudar, escuchar, cuidarte o escoges paz en lugar de conflicto, estas alimentando al lobo blanco.


Observa, acepta y convive con el lobo negro
Observa. Sea cual sea el sentimiento de sombra que experimentes, observa sin juzgar. Explora de dónde viene e identifica la causa. Recuerda que todos sentimos ira, miedo o envidia, en algún momento de nuestras vidas. Lo importante es no permitir que te consuma.
Aprende. Enfócate en descubrir qué intenta enseñarte la emoción, normalmente hay algo que necesitamos aprender.
Responsabilidad. Asume tu completa responsabilidad. Recuerda que tú eres responsable por lo que sientes y no por lo que sientan los demás. Céntrate en lo que está bajo tu control.
Respira. Antes de tomar una decisión, respira y ponte en el momento presente. Esto te ayudará a gestionar emociones negativas. Comprende si estás actuando desde el amor o desde el miedo/ira. Lo importante es no permitir que emociones como el miedo o la ira tengan protagonismo en nuestras decisiones.
Alimenta a tu lobo blanco
Llama a tu familia. Llama a algún miembro de tu familia o amigo, pregúntale cómo está de forma genuina, practica la escucha. Se trata de que la otra persona se sienta realmente escuchada. Este momento es para ellos, no de ti.
Ayuda al prójimo. Hay mucha gente que necesita ayuda, no hace falta que sea un mendigo, puede ser que tengas algún vecino anciano que necesite ayuda con la compra. Personalmente, cuando paso por el supermercado, suelo comprar un extra de comida para darle a la persona que está pidiendo en la puerta. Pocas veces doy dinero, pero comida y algo de beber siempre que puedo.
No mientas. Puede sonar obvio, pero esto también te incluye a ti mismo. ¿Cuántas veces te has dicho, un capítulo más y me voy a la cama? Creo que todos hemos estado ahí. Eso es mentirse a uno mismo. Respétate, no te mientas y te aseguro que estarás alimentando tu lobo blanco.


Para terminar, me gustaría volver a enfatizar que, si bien el lobo negro puede parecer el malo de la película, es parte íntegra de nuestra humanidad. Debemos primero aceptarlo para luego trascenderlo (aunque esto último es complicado la mayoría del tiempo).
Recuerda que, con cada gesto, pensamiento o palabra, inclinamos la balanza hacia uno u otro.
Empieza hoy. Cada acción cuenta. Alimenta a tu lobo blanco hoy mismo y crea el cambio dentro de ti.
NILO ROJAS
Para, respira y avanza.
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